lunes, 24 de septiembre de 2012

Rompo con el consumismo


El otro día leí en algún blog a una chica que contaba como en muchas ocasiones había salido a la calle, había visto una blusa, un vestido o cualquier prenda de vestir y al instante había sentido la necesidad de comprársela, y que al llegar a casa se encontraba con la sorpresa de que ya tenía algo muy parecido en el armario. Esta historia me hizo pensar y darme cuenta de que esa misma situación la he vivido yo en más de un par de ocasiones.

Después de mucho pensar tomé una decisión, algo que no quiero invitar a que lo haga todo el mundo, algo que quiero hacer yo para sentirme mejor persona, por tanto quiero dejar bien claro que no pretendo daros un discurso, sólo compartir con todos vosotros mi pensamiento. He decidido dejar de consumir a lo loco, de comprarme ropa y calzado innecesariamente. He cerrado el grifo y pienso aprovechar todo y cada uno de los medios con los que cuento en el vestidor. Porque pensándolo seriamente, después de gastarme un pastón en ropa y llegar a casa como 10 bolsas llenas, nunca me he sentido mejor que cuando salí de casa, a lo mejor en el momento de entrar a la tienda, ver todo esa ropa me produce un momento de alegría transitoria, que puedo equiparar a una borrachera de compras… en ese momento te sientes feliz, pero cuando llega la resaca y el día después a la resaca se sigue siendo la misma persona. Comprar como forma de evasión, es como beber por evasión. ¿Quién no se ha comprado nunca algo que creía necesitar y sólo se lo ha puesto una vez? Después del estreno esa prenda con la que te sentías tan atractivo, especial y diferente se queda doblada en un cajón o colgada en una percha durante años, hasta que decides hacer limpieza porque ya tu armario no da para más.

Es la misma sociedad en la que vivimos, la que nos impulsa a gastar, a creer que necesitamos algo para ser más felices y que sin lo que en realidad podríamos vivir perfectamente. Estoy cansada de los quiero y no puedo, de vivir engañada por una ceguera generada artificialmente por el mundo en el estamos sumergidos. No necesito nada material para ser feliz, la felicidad se que no la encontraré en una tienda y que todas esas estúpidas cosas sólo hacen que me sienta bien momentáneamente. La felicidad la encontraré por mi misma, fuera de lo que el sistema me imponga, sin escuchar lo que la demás gente opine.
 
El mundo ha cambiado mucho, muchas veces me pregunto si para mejor…mis abuelos no necesitaban grandes lujos para ser felices; mi padre pasó su infancia en una granja y según uno de mis tíos aquellos fueron los mejores años de su vida, luego se mudaron a la ciudad y ya nada volvió a ser igual. Estoy de acuerdo que el mundo tiene que evolucionar, pero siempre que sea hacia algo mejor, porque tiene que haber algo mejor que esta mierda en la que ahora estamos inmersos. Por eso yo pongo fin al consumismo, no quiero seguir formando parte de este circo, yo rompo con el consumismo.

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